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martes, 11 de junio de 2013

"Vivir sencillamente para que otras personas sencillamente puedan vivir."

Vivir la sencillez es no necesitar tener muchas cosas para ser feliz; es tener más alegría al dar, o al compartir, que al recibir; es vaciar el corazón de todas las cosas innecesarias que lo ocupan, y llenarlo de amistad, de cercanía humana con los demás.

Es creer que tu valía y dignidad está en lo que eres como persona y no en lo que tienes, lo que posees o la posición social que ocupas. Es solidarizarte con personas que viven injustamente en la pobreza y necesidad.

Es poner tu confianza y seguridad, no en el dinero o posesiones, sino en tus capacidades, en tus convicciones, en tus emociones, en tus sentimientos, en tu fuerza interior y en la de aquellos que te aman y aprecian; intentando reflexionar sobre lo que te hace daño, sobre las emociones negativas que te duelen, sobre los automatismos inconscientes que te generan culpa; para evolucionar, para desarrollarte como persona.

Es trabajar para vivir y no vivir para trabajar.

Es disfrutar de los innumerables regalos que la vida, la Naturaleza, te ofrece constantemente cada día... un rayo de sol que te acaricia el rostro, el sonido del mar cuando vas al trabajo, el ayudar a alguien desconocido porque así lo sientes, el escuchar a personas que necesitan ser escuchadas... y que pasan desapercibidos para la mayoría de gente.

Es respetar y cuidar de la Naturaleza, de las personas, y de ti mismo, con tu forma de vivir...


El 30 de septiembre de 2008 cuando el doctor llegó y me dijo que mi madre tenía un paro cardiorespiratorio, me dijeron que debía tomar una decisión; me dijeron, podemos hacer...
...
a. Tratar de revivirla, pero probablemente le vamos a quebrar todos los huesos del cuerpo.
o
b. Dejar que la vida tome su curso y dejarla descansar en paz.

... y francamente tuve un minuto para decidir entre la vida y esto. 
Me dijeron que no dejara que la decisión que tomara me persiguiera por el resto de mi vida. Así que decidí dejarla ir. Me puse a su lado y le agradecí todo lo que había hecho por mi. Le agradecí por la forma en que me crió, lo triste es que fue la única vez que se lo dije. Nunca le dije cuanto la amaba... nunca le dije nada hasta ese momento, después de eso la besé y le dije adiós. 

Fuí a la sala de espera y escuché todos estos sonidos extraños, después levanté la cabeza y pregunté...
ya terminó??? y el doctor me contestó... sí, ya terminó.
Hasta hoy ella sigue en mis recuerdos, cuando hago mis trabajos, cuando hago todo, pienso que es porque ella me enseñó a como amar, como ser amable, como ser yo mismo y no fingir. Vivir cada segundo como si fuera el último y siempre ayudar al más pobre...
"Vivir sencillamente para que otras personas sencillamente puedan vivir."

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